A la hora de vender, comprar o alquilar una vivienda, una de las características en las que debemos fijarnos es en la etiqueta de eficiencia energética. Esta etiqueta es, realmente, el carné de identidad energético de la vivienda en cuestión.
No obstante, ¿sabemos realmente lo que significan sus colores y dígitos?, y, ¿qué importancia tiene esta etiqueta?, ¿debemos realmente saber leerla? La respuesta a la última pregunta es un rotundo sí, puesto que este documento es obligatorio si queremos alquilar o vender nuestra vivienda. Si buscamos comprar, nos dará la información energética necesaria de la vivienda en cuestión.
¿Qué es esta etiqueta?
Consiste en una pegatina que nos proporciona toda la información necesaria sobre su consumo energético. La relevancia de esta información se explica por el impacto que tiene la eficiencia energética en los gastos a los que nos enfrentaremos en cuanto a consumo de energía se refiere.
Esto, a su vez, tendrá consecuencias en el precio de venta de la vivienda.
¿Es necesaria?
El tener o no una etiqueta energética de nuestro edificio era una cuestión de preferencia del propietario sobre la información que se quería compartir con futuros compradores o inquilinos. Sin embargo, desde el año 2013, obligatorio para cualquier vivienda contar con la etiqueta de eficiencia energética, de modo que aquel que esté interesado en comprarla, tendrá información objetiva sobre el consumo.
¿Qué factores influyen?
Como es predecible, la etiqueta energética cambia de un edificio a otro, puesto que cada vivienda tiene sus propias condiciones y características.
Los factores por lo que se puede ver afectada la etiqueta energética son, por ejemplo, los materiales de aislamiento del inmueble, sus orientaciones principales, los sistemas de generación de energía que tenga implantados, la luz natural, los electrodomésticos empleados, etc.
¿Cómo se lee?
Insistimos en la importancia de conocer el nivel de eficiencia en el consumo energético de nuestra vivienda, pues, como hemos dicho antes, tiene consecuencias en gastos periódicos. Es indispensable, cuando se quiere comprar o alquilar una vivienda, saber qué es lo que nos está diciendo exactamente la etiqueta energética que se nos muestre.
Lo primero que veremos en el borde de la etiqueta es un color. El verde nos indica que el inmueble ya está terminado. En el caso de ser naranja, nos indica que el inmueble está aún en fase de proyecto. Esto también lo podemos verificar en el título de la etiqueta, donde especifica en qué fase se encuentra el edificio.
Código BIDI de la etiqueta de eficiencia
Si se prefiere, es posible hacer uso de las nuevas tecnologías gracias a que también existe el código BIDI, similar a los códigos QR, en la esquina superior derecha. Este código nos da acceso además a información detallada de cada comunidad autónoma. Gracias a este código, toda esta información está a nuestro alcance a través de nuestro smartphone.
Desde nuestro smartphone, si accedemos a la sección “DATOS DEL EDIFICIO”, nos mostrará toda la información referida a nuestro inmueble, como por ejemplo la dirección, la normativa vigente aplicable al edificio y la referencia catastral.
Barras horizontales y dígitos de la etiqueta de eficiencia
Una vez hemos determinado la fase en la que se encuentra la vivienda en cuestión, lo siguiente que llama nuestra atención son las barras de colores. Estas barras varían en función del nivel de eficiencia, de modo que la calificación A es la de mayor eficiencia y la G la de menor. Esta escala está basada en el consumo de energía necesario (kg/CO2) y las emisiones que se producen (kWh/m2).
Hay otros dos aspectos importantes a tener en cuenta. En primer lugar, los números que nos indican la calificación energética. Uno de ellos refleja el consumo de energía en kg/CO2 al año y el otro las emisiones en kWh/m2 al año. En segundo lugar, debemos comprobar el registro que indica la fecha de emisión y el período de validez del certificado, de este modo, nos aseguramos de no ser víctimas de engaño y evitamos malos entendidos.
Es importante saber leer las etiquetas
Las etiquetas energéticas son el documento de identificación energética de nuestra vivienda, pero ampliamente desconocidas por los consumidores a pesar de ser obligatorias desde 2013 y poder ayudarnos en situaciones determinadas. Cada edificio tendrá su propia etiqueta, pues esta depende de las características del inmueble (asoleo, luz natural…). Además, nos sirve no solo para dar a conocer la eficiencia energética de nuestro edificio a futuros compradores o futuros inquilinos, también nos sirve para mejorar la de nuestra propia vivienda si así lo deseamos. A través de reformas, se puede convertir nuestro inmueble en uno más eficiente y, en consecuencia, obtener una mayor puntuación.