En otras entradas del blog, ya hemos mencionado a los certificados de eficiencia energética, más bien conocidas como «etiquetas´´ que nos proporcionan la información para acreditar el nivel energético que tiene una vivienda.
Aunque desde el 2013, la realización del certificado de eficiencia energética es obligatoria para cualquier vivienda que se quiera vender o alquilar, son muchas las viviendas que no cuentan con este documento.
Solicitar un certificado de eficiencia energética en la actualidad puede ser igual de interesante para una vivienda que se va a vender como otra que no, ya que este certificado nos muestra formas para mejorar la eficiencia energética de tu inmueble, reduciendo fácilmente el consumo energético así como las emisiones de CO2 a la atmósfera. En Europa, el sector residencial (únicamente de la vivienda), es el responsable de casi el 25% del consumo de energía.
La calificación obtenida en el certificado, nos indica la energía que consume el inmueble, esto es, la cantidad de energía necesaria para conseguir el confort adecuado en una vivienda, dependiendo así de la energía que gastará y, por consiguiente, del precio de las facturas de luz y gas.
Desde el 2021, estamos sufriendo en España una subida notoria del precio de la luz, que afecta directamente a nuestras facturas. De hecho, según los datos del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid (CAFMadrid), este encarecimiento del precio de la electricidad eleva el precio del consumo en las comunidades de vecinos entre un 7% y un 10 % en el último año. El incremento de estos precios ha llegado a afectar a casi el 40% de las comunidades de propietarios de la Comunidad de Madrid, llevando a un 8 % de ellas a plantearse un cambio de tarifa.
En el caso del gas, según los datos arrojados por el Mercado Ibérico del Gas (MIBGAS) hace un año el precio medio era de 20 euros por megavatio hora (MWh) mientras que a mediados de marzo de 2022 se ha situado cerca de los 100 euros por MWh.
Es por esto que no sólo es necesario ser consciente y conocedor de los precios actuales en los mercados mayoristas de gas y electricidad, sino que el poder conocer y mejorar nuestro nivel energético ayudará a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera y las facturas de nuestro hogar.
Así, tras obtener el certificado realizado por el técnico, se podrá analizar qué elementos de la vivienda son los que más afectan a la hora del consumo energético y cuáles sistemas son más adecuados para la realización de una rehabilitación energética.
Esta rehabilitación energética incluye medidas como lo pueden ser:
- La sustitución de ventanas, de alta eficiencia energética, ya sea PVC, madera, o aluminio con rotura de puente térmico, que por lo general se acompaña de doble acristalamiento, produciendo gran aislamiento.
- El aislamiento de cubiertas, fachadas, e instalación en ventanas de protecciones solares.
- La sustitución de calderas viejas por Calderas de Condensación o de Biomasa, de termos eléctricos por Bombas de Calor o la implantación de energía solar térmica como instalación para el Agua Caliente Sanitaria (ACS) de la vivienda.
- El uso de nuevos sistemas de climatización de alta eficiencia como bombas de calor tipo inverter de etiquetas clase A.
Aunque esta rehabilitación energética resulte en una inversión como gasto económico para el inquilino, puede recuperarse con el paso de los años gracias al ahorro económico conseguido en parte por la reducción del importe de las facturas.
Además, en la actualidad, existen subvenciones y ayudas públicas, como el programa de ayudas para la rehabilitación energética de edificios, el PREE del gobierno a modo de incentivos para la transición ecológica de las viviendas, que pone como meta la sostenibilidad en la edificación y el correcto uso de la energía, reduciendo su demanda.
Con estas medidas, y gracias a la obtención del certificado de eficiencia energética, podemos conseguir una recuperación completa de la inversión de la rehabilitación de nuestra vivienda, llegando a ser un ahorro mensual en el futuro y como no, reducir nuestras emisiones a la atmosfera de CO2, siendo más consecuentes y sostenibles con el medio ambiente.